Desahogo y reseñas

Reflexiones Textos

Algo que decirte

marzo 22, 2023

Algo que decirte

Lamento extrañarte tanto después de decirle a todo el mundo que estabas superada.

No he dejado de extrañarte, eso sí, hay días en los que ni me acuerdo de ti, pero últimamente estás más presente.

Azul:

Hace unos días leí que una persona se sintió más en paz cuando entendió que no todas las personas son “para siempre”. Que podía estar más a gusto con su día a día si perdía alguna amistad, porque como no todas las personas están hechas para quedarse, si alguien se iba, simplemente estaba bien. SIMPLEMENTE. Yo, debo confesarte, no le veo lo simple por ningún lado.

Fue muy sencillo leerlo, pero inevitablemente pensé en ti. Cuando te amé tanto como una hermana, no pensé en perderte nunca, creí que estaríamos hasta el fin de nuestros días.

Te dije que no creía en un “por siempre”, pero debo confesarte que por muchos años creí en el nuestro: creía que nuestro lenguaje era insuperable y que lo que ambas habíamos creado sería eterno, pero hoy me encuentro aquí, pensando en ti sin atreverme a decirte nada personalmente porque me aterroriza el rechazo y me carcome el escrúpulo: tengo que negarme hablarte.

Estos días te he extrañado, pero no sé qué cosas específicas extraño, tal vez solo sea un cúmulo de todo lo que te hace ser mi adorada Azulita.

Todo lo que vivimos, nos confesamos, reímos y lloramos lo tengo presente en mi alma.

Hoy sé que me equivoqué mucho, que pude ser una mejor versión para ti, pero me perdono, me perdono el haberte perdido, y te perdono a ti el haberme perdido a mí.

Tal vez fuimos demasiado, por eso no le veo lo simple, porque entre lo que creamos juntas la simplicidad estuvo fuera siempre.

Creo que sí, que desde que nos conocimos y cruzamos las primeras palabras, demostramos una intensidad que debió alarmarnos, pero en vez de ser cautelosas, abrazamos cualquier cosa desboradante de la otra y la tratamos como lo normal, hasta lo veíamos pacífico, pero en ese desborde y caos no se encontraba ninguna paz.

Por eso sé ahora, que definitivamente estábamos destinadas al fracaso, porque entre tanto, tantísimo, no cupo lo poco, y lo poco fue lo que siempre nos hizo falta.

Cada reclamo hecho, tú a mí y yo a ti, era un reclamo de lo poco que nunca pudimos demostrarnos, ni crear, ni hacer nacer, ni nada. Nunca quisimos deshacernos del desborde e intensidad.

Y es verdad que así somos ambas: seres muy intensos, pero ninguna tuvo la paciencia para sostener una bomba de esta inmensidad, y eso éramos, Azul, inmensas.

Perdón, no pude ser antes quien soy ahora. Si me vieras, si me volvieras a conocer, estarías sorprendida pues soy otra persona. Y debo decirte, me caigo mucho mejor ahora. Sé perfectamente que esta versión era la que esperabas en el final de nuestros días, pero no pude dártela, creo que tuvimos que pasar por lo que pasamos para que esta versión naciera. En serio, perdóname por no poderte dar antes lo que sé podría darte ahora.

También sé que tú eres diferente, no reconozco lo poco que llego a ver de ti, no sé muy bien quién eres, pero quiero creer que también estás más feliz contigo misma, como yo. Aunque, por supuesto espero, conserves eso que te hacia tan tú, tan Azul, porque sí, definitivamente yo conservo lo que siempre me ha caracterizado.

Te digo, estos días te he extrañado muchísimo, por eso vengo a escribir esto, para quitarme un poco la tentación de escribirte cualquier mensaje que pueda romper el hechizo de “mi hermana está ahí, yo estoy aquí y así estamos bien”, porque sé que sí lo estamos.

Quisiera contarte tantísimas cosas, decirte cómo le hice, asombrarte con mis decisiones, mi templanza y esa ansiedad que ha disminuido considerablemente desde la última vez que la presenciaste. ¿Estarías orgullosa? O me verías como una completa extraña. Creo que ambas sabemos la respuesta y ambas sabemos que se nos partiría el corazón… nuevamente.

Zagee: te he extrañado, te he llorado y he deseado que todo vuelva a ser como antes, pero sé, “simplemente” sé que no puede ser y debo estar bien con ello. Porque es imposible mantener el desborde y al menos, yo ya me había cansado de sostener tu intensidad y sé que estabas igual de cansada de sostener la mía.

Tal vez, no sé, algún día podamos vernos como lo que siempre quisimos ver en la otra.


    Escritora.


    previous post

    Las últimas 30 noches: 1

    next post

    La intención


    Leave a comment

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    cinco × 2 =

    Follow by Email
    Facebook
    Twitter