Fantasmas
La desventaja principal de hacer que alguien te quiera mucho, es que después tú puedes hacerle mucho daño sin así pretenderlo. Son efectos acción-reacción que están condenados a suceder, la entropia siempre debe de llegar, temprano que tarde.
Yo no quería que él me quisiese. Porque eso significaba que en algún momento iba a lastimarlo.
Mis fantasmas iban a secuestrarle el ánimo.
No podía estar a solas con él sin recordarlos con las lágrimas al borde de mis ojos. Incluso lo atraía hacia mí si sentía que se venían cerca tras el ardor de mis ojos.
Lo atraía en un abrazo engañoso en el que lo apretaba contra mí, como si eso fuese a ahuyentar a los fantasmas.
No estaba funcionando. Era como si eso los enfuereciese aún más.