Él era un buen chico
Me molesta saber que me dejo enredar con tus con tus dramas,
porque estoy acostumbrada a enredar a los demás,
y porque sé que estoy errando conscientemente.
Resulta que sabe manipularme con sus berrinches,
y resulta que tal vez aprendió un poco de mí,
resulta que yo le creo si me escribe o me dice
Y resulta que siendo clichés, le creo aún así
Le regalé paciencia que a veces mereció
Lo mal acostumbré a ofrecerle tener la razón
A dejar que se ofuscase en soberbia y rencor
Con un tacto infinito acompañe su desazón
Entonces comencé a cansarme,
Y tal vez el quería alejarme, aunque siempre me repitiera que me amaba.
Aunque siempre pedía que me quedara.
Me prometió esforzarse más,
y le devolví la segunda oportunidad.
Mi corazón quería dejar de palpitar por él,
Yo quería un chico que supiera bailar,
Uno guapo que me acompañara a entrenar.
Un chico que me pidiera cantar,
Que cuando me pidiera algo, estuviera dispuesto también a dar.
Él era un buen chico, pero sólo entendía al verme rabiar.
Tal vez ambos llenábamos nuestra soledad difuminando la soledad del otro.
¿Saben qué me daba felicidad? Recordar que de él no me venía la vida.
Yo sabía, muy dentro de mí, que Dios no tardaba en moverme los esquemas con otro corazón y otros ojos, un puentecito en lo que encontraba el homme de ma vie.
Noviembre 2017