Desahogo y reseñas

Cuentos

DIVERTIDO

mayo 19, 2018

DIVERTIDO

No había ninguna fuerza “sobrenatural” que se apoderara de mí, todo lo que había escuchado anteriormente era una farsa. Mis piernas cada vez iban corriendo con menor fuerza, mi cabeza punzaba y mi respiración era extremadamente agitada. Tropecé con mis propios pies y caí al suelo boca abajo. Era completamente suya.

Me tomó del cuello y de un brazo para ponerme de pie; inmovilizó mis piernas y acercando su boca a mi oído dijo: “Creí que sería más divertido”, luego volvió a tirarme al suelo y se fue.

Incorporándome noté que mi hermano menor me esperaba al final de la calle, al alcanzarlo tomé su mano y caminamos juntos hacia casa. Doblamos en diferentes avenidas haciendo el camino más largo sólo para estar juntos un rato. Cuando llegamos a lo desconocido él ya no estaba conmigo. La calle de pavimento fue reemplazada por una calle de tierra suelta, y las bardas y paredes de casas lujosas fueron sustituidas por hierbas altas y con espinas. Una vez más, ninguna fuerza sobrenatural se apoderaba de mí. Corrí entre las hierbas arañando mi cara y brazos. Le sentía pisando mis talones y yo no podía correr más rápido. Las heridas que empezaron como cualquier rasguño se iban tornando más profundas pues al parecer todo puede cambiar excepto el ritmo de mi paso. Caí un par de vez sobre algunas piedras que terminaban lastimando las palmas de mis manos, pero en cada ocasión logré levantarme antes de que me atrapara. Después de varios minutos pude perderle entre todas las hierbas; esto hizo que me diera tiempo de revisar las heridas. Además de la profundidad de los múltiples arañazos, tenía tres grandes moretones en el brazo izquierdo y uno en el derecho; los codos estaban sangrando por los raspones de las caídas y mi pantalón estaba roto de las rodillas dejando ver algunos puntos de sangre.

Comencé a caminar buscando una salida cuando caí a una alberca profunda y asquerosamente sucia. Mi hermano menor estaba nuevamente conmigo intentando salir de ahí, hasta que un tercero se unió a la fiesta y logró sacarme primero. Me arrojó a un  lado de la alberca y pateó un par de veces para luego tocarse la cabeza. “Creí que sería más divertido” volvió a decir y se fue. Al levantarme noté que mi hermano corría y luego lo perdí de vista. Fui tras él.

El sol me quemaba un poco y el pavimento me deslumbraba, un viejo amigo me esperaba a mitad de la calle, sonrío y abrió la coladera del suelo. “Será divertido” dijo cuando estaba junto a él. Me metí a la coladera y esta se cerró dejando sólo unos pequeños círculos para la luz, antes de que llegara completamente al suelo, se empezó a llenar de agua rápidamente obligándome nadar. “Ven” escuché a mi débil hermano decir, así que fui. Nadé hacia donde se escuchaban los susurros de su tierna voz que cada vez eran más débiles. Cuando ya no oí nada supe que había llegado. Me hundí en el agua y nadé hacia abajo encontrando una puerta de metal en el suelo. Al abrirle, el cuarto que esperaba impaciente me succionó. La puerta se cerró y no había más agua. Mi hermano estaba recostado en el suelo, su rostro y manos se veían extremadamente pálidas; me tomó algunos minutos notar que estaba bastante húmedo, como si él aún estuviese en el agua aunque no hubiera rastro de una sola gota de esta a nuestro alrededor. Mis heridas anteriores volvieron aparecer, incluso me dolía donde me había pateado. Gateé hacía él y tomé su mano, “Ninguna fuerza sobrenatural se ha apoderado de mí” le dije para luego besar su frente.

Dos minutos después, la puerta de metal se abrió y mi viejo amigo entró, mi hermano una vez más había desaparecido y el cuarto impaciente se había convertido en mi habitación. “Será divertido”, dijo sonriendo así que de igual manera yo sonreí. Y lo fue. Nos divertimos esa noche.

“Creí que sería más divertido” dijo la misma persona de siempre tomándome del cabello. “Creí que sería más divertido”, repetía mientras me arrastraba por el cuarto con puerta de metal. “Creí que sería más divertida” decía entre pausas mientras me golpeaba con un palo. “Creí que sería más divertido”, comentaba riendo cuando me acuchillaba levemente. Tenía tres grandes moretones en el brazo izquierdo y uno en el derecho por los golpes recibidos con el palo. Mi rostro tenía algunos arañazos hechos con una navaja y mis brazos tenían varias heridas profundas gracias el cuchillo con el que sólo se deben rebanar tomates. Mis codos parecían ya no tener piel de tanto caer y mis rodillas estaban en a punto de correr con la misma suerte. Era completamente suya.

“Creí que sería más divertido” le escuché decir mientras ahogaba a mi hermano en una tina. Yo no tenía ninguna fuerza sobrenatural que se apoderada de mí y me levantará para impedir su muerte, todo lo que había escuchado sobre esas fuerzas anteriormente era una farsa.

 

 

NOTA: Una ENORME disculpa, sé que no está pulido y por ende estoy segura de que algunas si no es que muchas partes se verán muy confusas y poco ligadas. Prometo pulir pronto.


    Escritora.


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